Facilita el proceso final de cristalización en los cristalizadores creando las condiciones más apropiadas de temperatura y mezclado para que una parte de la sacarosa disuelta en las mieles se deposite sobre los cristales ya existentes, (evitando de esa manera la formación de nuevos núcleos de cristal-falso grano-) y por consiguiente el agotamiento, a mayor grado de las mieles, y por lo tanto más rendimiento de cristales